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Disfunción Sexual Eréctil (Impotencia)
¿Qué es la disfunción sexual eréctil?
La disfunción  eréctil (DE), comúnmente llamada “impotencia”,  es la incapacidad  para alcanzar o mantener una erección con una rigidez suficiente para disfrutar de una relación sexual satisfactoria.

La DE  es una situación edad–dependiente que se produce después de los 50 años. Es más frecuente a partir de los 65 años, y de hecho la mayoría de los hombres mayores han pasado por alguna situación frustrante a lo largo de sus vidas. En los más jóvenes también puede producirse,  en estos casos las causas son preferentemente psicológicas, aunque siempre deben descartarse los problemas orgánicos.

Si bien la disfunción eréctil está relacionada con el paso del tiempo (provocada por ciertas afecciones que actúan inevitablemente sobre la función eréctil) es importante aclarar que el envejecimiento no es un impedimento para vivir una vida sexual plena.
¿Cuáles son las causas que producen disfunción sexual eréctil?
Las causas de la DE las podemos dividir en orgánicas (afecciones físicas)  o psicógenas.

La primera consulta es fundamental para establecer los posibles factores etiológicos. La elaboración de una historia clínica médica y psicosexual es de gran importancia para identificar las causas médicas y psicológicas de la DE, para luego solicitar  los estudios  necesarios y formular una estrategia de tratamiento.

En los hombres mayores, las causas de la DE generalmente son orgánicas; producidas por algunas enfermedades de base que reducen el flujo sanguíneo del pene y en consecuencia deterioran la función eréctil. Las afecciones que más frecuentemente provocan DE son: la arterioesclerosis, la enfermedad diabética, los efectos secundarios de ciertas medicaciones terapéuticas (cardiológicas, antihipertensivos, antidepresivos, ansiolíticos, hormonales, etc.), la obesidad, el aumento del colesterol, las alteraciones neurológicas, la deficiencia de testosterona, algunas cirugías prostáticas, etc.

Algunos malos hábitos también condicionan situaciones de riesgo para la DE tales como el tabaquismo, el sedentarismo, el abuso de alcohol o de ciertas drogas ilícitas y las situaciones de estrés.

No debemos dejar de lado las causas psicológicas que pueden provocar DE; es importante tenerlas en cuenta sobre todo en los pacientes más jóvenes. La ansiedad, el estrés, la depresión, la baja autoestima, el miedo a no tener un desempeño exitoso durante la relación sexual, el temor a no poder cumplir con las exigencias de la pareja, crea un círculo vicioso que bloquea la respuesta eréctil y en el cual es importante la ayuda profesional.

Algunos pacientes con DE no consultan con el especialista o se auto-medican, y retrasan el diagnóstico de ciertos factores de riesgo que son comunes a la disfunción eréctil y a otras enfermedades cardiovasculares.

Dado que los síntomas de la disfunción eréctil preceden a otros de enfermedades cardiovasculares isquémicas; en algunos casos debemos considerar a la DE como un síntoma predictivo de futuras alteraciones cardíacas y recomendar la consulta con los especialistas respectivos.
¿Qué opciones de tratamiento existen para la disfunción sexual eréctil?

Una vez realizado el diagnóstico de la DE, mediante el interrogatorio, el examen físico y los estudios complementarios necesarios, se informará al paciente sobre las opciones de tratamiento, explicándole  los beneficios y riesgos de los mismos.

En primer lugar los tratamientos están dirigidos a corregir los factores etiológicos, pero como no siempre es posible solucionar estos problemas, se recurre a medicamentos que administrados por vía oral, actúan aumentando la entrada de flujo sanguíneo hacia los cuerpos cavernosos (tejido eréctil del pene) facilitando la erección. Los beneficios sobre la erección se producen cuando existe un estimulo erótico, si no está el objeto del deseo o hay ausencia de deseo sexual, no hay respuesta.

La eficacia de estos medicamentos ha sido probada en pacientes normales y que padecen diferentes enfermedades de base. Son fármacos seguros aunque en algunos pacientes con enfermedad cardiovascular será necesaria la valoración por un especialista en cardiología, quien dará o no la autorización para su consumo.

Cuando no hay buena respuesta a los tratamientos por vía oral o estos no pueden ser indicados, la autoinyección de sustancias intracavernosas (la aplicación de una microinyección en el pene) es un tratamiento efectivo y de fácil aprendizaje.


En algunos casos se puede recurrir a la bomba de vacío  (vacuum) consistente en un cilindro, donde se introduce el pene y al cual se le aplica una presión negativa, para provocar la entrada de sangre al mismo hasta conseguir la erección. Esta, es mantenida mediante la aplicación de una banda elástica constrictiva colocada en la base del pene.


¿Cuándo está indicado el implante de una prótesis peneana en la disfunción sexual eréctil?
Cuando las anteriores opciones de tratamiento han fallado, estaría indicado el implante de una prótesis peneana. Este procedimiento consiste en introducir unos cilindros en el interior de los cuerpos cavernosos del pene, con el objetivo de brindarle rigidez y máxima extensión, para lograr una penetración satisfactoria. Este tipo de cirugías no alteran ni la sensibilidad del pene, ni el orgasmo, ni la eyaculación seminal. Una buena indicación del implante protésico peneano, consensuada con la pareja del paciente, permite recuperar una excelente calidad de vida sexual por muchos años.

Cuando el hombre reconoce que la impotencia no es un proceso inevitable del paso del tiempo, debe dejar de lado los sentimientos de vergüenza y resignación para consultar con el médico especialista. En Centro andrológico Recoleta somos profesionales entrenados en disfunción eréctil, y podemos ofrecerle el tratamiento más adecuado en cada caso y que cumpla con las metas del paciente y su pareja.